lunes, 16 de marzo de 2020

SEAMUS HEANEY





Lejos de todo aquello



Una pinza de acero helada
husmeó por el agua del acuario
y pescó por fin una langosta:
articulaciones, piedras de río
del color de municiones sumergidas.

Ante el panorama de aquel puerto,
el viento marino escupía en el ventanal,
mientras nosotros, abismados, lo pintábamos de rojo:
en cónclave horas y horas,
hablando de las últimas tenazas.

El crepúsculo, crepúsculo, se iba adueñando
conforme las preguntas saltaban y echaban raíces.
Entre remos y espaldas de remeros
que se estiran hacia el frente y se levantan.
Y, amigo mío, más poder para nosotros,

tan endurecidos ya, con tan férrea voluntad
de penetrarlo todo en serio,
mientras el mar se oscurece
y se blanquea y se oscurece
y comienzan las citas a surgir

como coartadas maliciosas:
Me hallaba atenazado
entre la contemplación de un punto fijo
y el mandato de participar
en la historia activamente.

"¿Activamente? ¿A qué te refieres?"
La luz a la orilla del mar
se ha convertido en un tenue
matiz, algo difuso entre
la inanición y el equilibrio.

Aún no logro sacar de mis entrañas
esas vidas en la plenitud de su elemento
en el fondo empedrado del acuario,
y yo, frente a la gran enjaulada fuera del agua,
su fortaleza fuera de sí.


De: “Station Island”


No hay comentarios:

Publicar un comentario