Debemos ser cautos
Porque
a ti y a mí nos baña el silencio:
Aquí
donde está todo el campo
En
calma; dormido en la dulzura
De
esta estrella vespertina, cintilando
En
la muñeca de la noche. Las luces del pueblo
Como
bardos antiguos en oración, vienen
Hacia
nosotros sobre los campos de maíz
Y
ovejas mansas. Nos gustaría ser
De
aquí, donde el sueño no es como el urbano,
Donde
el sueño es completo y ligero
Como
el contorno de una hoja en el vaso de té;
Mas
el conocimiento en nuestros corazones
Ha
pintado ojos infames dentro de
La
cabeza: no hay de otra: vemos
Todas
las cosas lamentables y los días
En
esta tierra humilde, mezclando
El
ruido de los taxis y la desesperación
Con
todos los paisajes, aquí, y en todas partes.
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