En la noche
Esta
noche me estiran las calles.
Con
amor de hermanas
algo
llevan de mí,
que
es de ellas. Mis hermanas.
Y
en el hilo de oro
de
una estrella –fina escala–
de
mí dispara y sube,
cautiva
de este tiempo,
una
antigua ilusión que ya olvidaba.
Desde
allá abajo, sube
el
canto de los gallos
y
un aire recién amanecido va esponjando a la tierra,
y
me anuda en dulzura los recuerdos.
¡Ah!
el canto de los gallos
donde
la noche prolonga su agonía...
Se
orquestan en mi pecho
todos
esos cantos.
Y
son ahora
frente
al día
un
clamor de adioses
al
ensueño.
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