Soneto XVIII
Bésame
una vez más, vuelve a besarme y bésame
dame
uno de tus besos más sabrosos
dame
uno de los más cariñosos
y
yo te devolveré cuatro ardientes como brasas
Ah,
¿te quejas? Ven que calmaré ese mal
dándote
otros diez muy dulces
Así,
mezclados nuestros besos, tan felices
gocemos
uno de otro a nuestro gusto.
Así
tendremos ambos doble vida
Cada
uno de nosotros vivirá en sí y en el otro
Permíteme,
amor mío, que piense alguna locura.
Me
siento siempre mal viviendo juiciosamente
y
no me puedo sentir satisfecha
si
no salgo alguna vez de mí misma.
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