Estoy
en paz contigo
Ahora
sí
puedo ver el fantasma del azogue
y romper el espejo.
Puedo en la multitud
mirar tu rostro
sin ese galopar
entre las venas.
Y
sin embargo,
tú presientes mis pasos
por esa leve huella
del pájaro en la fronda.
Desde
allí
puedo sentir tu sobresalto
y ese gesto azorado.
¿Cómo
negar
la identidad que llevas en tu ser
y que me pertenece?
¿Y cómo desoír
esa invisible voz
que se quedó vibrando en tus ramajes?
¿Cómo
olvidar el sueño
que busca el sol
que le robaron?
Yo estoy en paz contigo.
Mas, a ti te cercan,
oscuros, los daimones.
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