4. A
la desolación o al Cristo de la Yedra o a la Calle con tu nombre
Desbordemos
a la carne derramada
en
un copo de palabras que no nos solucionan los cobijos en el verano
El
cansancio de una cruz morisca
nos
ha dejado sin plantas a la vuelta de los metatarsos
es
que a todo lo que no alcanzamos le adelantamos un meta
metadolor,
metatraición metaenfermedad, metarespiro, metamáscara, metalgia
cuando
la única verdad es que no hay una línea ni una cinta que romper
después
de ganar
sino
una pendiente que nos deja sin respiro y sin los años que teníamos
cuando
el aire nos rodeaba al amanecer
y
alzábamos nuestras narices para oler los jazmines
y no
lo azaroso del azahar que inhalamos para cortar la angustia
de
un silencio que no nos repara ni acompaña
con
el respiro del otro
El
cuerpo del Cristo forma un camino
una
carretera sin líneas por la gente que murió entre mis manos
mientras
sentía el horror de una eterna cadencia de compases disonantes y punzantes
porque
llovía sangre y no venía de tus manos
Qué
hace un Corpus Cristi sin caminata
sin
el daño y las rodillas de señoras buscando la esperanza
que
no da el humano sin trascendencia
Qué
hace un Corpus Cristi en una calle difuminada con bistros hechos de estepas y
zetas bien pronunciadas
dime
qué haces en esta calle desolada
que
anochece antes que las otras
y
que se ha quedado con los gendarmes de fantasmas que alguna vez clamaban
por
un abrazo
Los
faroles ya no ocultan los amores prohibidos
acompañan
a dos normas anormales
cuando
un filósofo está más cerca de ti que tus fieles
España,
aparta de mí esta calle
que
me murmuran las veredas
en
un vaivén de tres horas mirando la distorsión
de
un nuevo Cristo de Yedra que sí me entiende
que
sabe que el arte no se hace de palabras
y
las palabras no se hacen de ellas mismas
No
es azar que una partida de pan no haya ganado
porque
veo una torre inundándose de maleza
reclamando
tu ascensión y la caída de los dínamos
que
esperan cargar con una moralidad hecha
de
falsos tejidos imitando la prehispania
Qué
piensa hacer un Cristo
con
la vida vuelta una cuenta que se dispersa entre granito y cal
para
no mostrarse
Tenemos
los pies rotos, Señor
¿Cómo
lavar eso?,
¿cómo
hacer de nuestros cortes
una
pasión con horizontes?
Cómo
lavas las noches con los libros cerrados
cómo
secas la lluvia de la primavera
que
abre nuestra yagas en un subir constante hacia una sima ficticia
como
si una raíz se desprendiera de nuestras arterias
como
si hubieras muerto por algo mejor que esta luz de grillo
acompañándonos
en nuestro exilio
porque
pusieron nuestras mentes en un tocón muele ganado
por
salirnos del redil
Detrás
del bosque de hiedras dos obreros entierran dos cabezas
rastrillan
simulando nervaduras
A
dos metros de profundidad
encontraran
tu corazón vuelto semilla
lo
cubrirán con yedras para protegerlo
dirán
que es de ellos
mientras
en una torre dos muchachos se aislarán
volveremos
al XIII escocés
brotarán
más hiedras
un
carpintero que puede ser tu padre
cogerá
un hacha
cortará
las ramas que te cubrían
y no
te encontrarán
Los
dos chicos llorarán
como
dos torres sin rey
por
el tiempo de espera
Y
entonces lavarás la tierra de todos menos la nuestra,
te
cubrirás con ella
Volverás
a enterrarte
dirás
que no nos entiendes
que
sientes las yagas,
tirarás
un poco de aire seco
lloverá
alguien
quemará el farol en tu calle
matarán
la charla de dos árboles
y
ese día ya nadie dará contigo
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