domingo, 25 de julio de 2021

ADA ZOE

 

 

 

¡Hoy hemos dibujado a una niña!

 

 

Hoy 15 de octubre dedico estas líneas a mi hija.
Siempre supe que eras niña.
Siempre supe que me harías muy feliz.

 

 

 

—Acércate hijo,

ven, pon tu manito en mi vientre.

Aquí, mira, aquí dentro está tu hermanita.

¿Vamos a dibujarla tú y yo?

le dije dándole un beso.

 

—¿Y se puede mamá?

—¡Claro que sí hijo!, ya verás.

 

Y los dos llenos de alegría, fuimos trazando en aquel papel

lo que nuestros corazones nos iban dictando.

 

Así, lentamente y llenos de asombro,

fue surgiendo ese rostro tan deseado

que ya latía en mi interior.

 

—¿Cómo crees que serán sus ojos?  le pregunté.

—¡Muy grandes mamá!

 

Y la dibujé con grandes ojos,

donde las abejas en su volar dejaban su miel.

 

—¿Y su carita hijo?

—Será como los tomatitos rojos y su boquita de fresa dulce.

—¿Y su pelo?

—Mamá, su pelo será como un río de arena,

así es como me la imagino yo.

 

¡Cuánta dulzura en esa carita inocente que me miraba llena de misterio!

 

—¡Mamá, se está moviendo, mira, tócala!

parece que nos escucha.

—Sí hijo, seguro que nos escucha.

—¿Y estará contenta?

—Muy contenta.

—Y...¿Cómo será su risa mamá?

—Su risa será como el canto del ruiseñor.

—Pero mamá, no quiero que llore,

—No te preocupes, hijo.

¡Te prometo que será muy feliz!

 

Y así, conversando los dos muy bajito y con esa ternura

que lo envolvía todo, la veíamos en nuestra mente

con sus pasitos torpes acariciando el suelo.

 

El tiempo iba pasando muy dulcemente.

 

En nuestra fantasía, jugábamos a la “Rueda Rueda”

llenándonos de pan y canela y cogidos de las manos

girábamos los tres sin cesar, alrededor del viento,

de las flores y junto al mago de Oz,

buscábamos ese “arco iris que estaba tan lejos,

mucho más allá de las nubes.”

 

Así y sin darnos cuenta, comenzamos

a embriagarnos con la miel de las abejas,

con el sabor de los tomatitos,

de las fresas, y llenos de regocijo

nos bañábamos en el río de arena.

 

¡Cuánta felicidad acumulada en ese instante mágico!

 

—Hijo, ya hemos dibujado a tu hermanita.

—¿Será así, Mamá?

¿Será cómo yo?

Tengo muchos deseos de verla, de tocarla,

saber si de verdad se parece al dibujo y... a mí.

—Seguro hijo, así será, sin dudas.

¿Te gustó dibujar a tu hermanita?

—Mucho mamá.

—Mi niño, ya hemos terminado,

hoy por fin, hemos visto como será nuestra pequeña niña.

Ven, dame un abrazo. Ahora los tres estamos muy juntitos.

Mírala, quiere que le des un besito.

-¿De verdad?

- ¡Cómo los quiero hijo!

-¡Y yo, mamá!

 

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