Donde orinan las vacas
Hoy
me declaro desierta
(y no desierto)
Existe zanja entre una cosa y otra.
Desierta lo mismo que níveo.
Nada entre la nada.
Porque yo que escribo como milagro,
mero accidente o tragedia.
Yo que escribo a falta de ti
frente a ventanas nunca conocidas por tu reflejo.
-Te imaginas-
yo, que escribo de rodillas.
Apretando la panza para no dejar salir el cebo.
Yo, tratando de encontrar palabras no existentes.
Yo, esa.
La que intenta.
Otra yo, que no es la misma.
Yo escribiendo tantas veces tu nombre,
que no me llamo.
Esta, que todavía no sabe decir nada:
Sospecha en sus huesos el frío de tu lápida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario