Trampa para una Gaviota
Desnudo
mi boca,
para que cada palabra te nombre desnuda,
sin Dios, sin memoria que nombre una
sola palabra distante a tu nombre.
Te
llamas igual que el amor nombraría los
suspiros que nadie ha olvidado,
porque el suspiro también se enamora y
también vuelve a casa donde un corazón ha
esperado su aliento.
No
olvidaré que mis labios dijeron tu nombre y
besaron tu pecho mucho antes, tal vez siglos antes de
haberte besado.
No
olvidaré tu mirada que hirió mis estatuas,
ciega y sin cielo dejaste a mi sangre al verter a
mansalva tu noche en mis labios abiertos.
Si
al menos hubieras abierto tus ojos como una
mañana al abrir sus doncellas.
Mi
corazón no es el mismo vampiro, no quiere
otra sangre distinta a la rosa que gira en tu noria
¿Cómo decirte que debe aprender a volar si se
arroja sin otra ilusión que latir en tus venas?
He
callado por siglos,
he aguardado por siglos,
he visto nacer primaveras sin flores, sin calles,
sin un malecón para ver el oleaje y los barcos
hacer el amor sobre el suelo celeste.
He
abordado tu cuello y cabalgo el pasillo
que lleva a tus ojos.
No prometo nombrarte si beso tu nombre y
tus ojos despiertan,
sólo prometo mirarte a los ojos,
decirte Amor mío, y cerrar velozmente mis
alas para que tú abras tus ojos aquí,
donde el tiempo es tan sólo un intruso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario