Piedra
poema
La
piedra sobre la cual escribí un poema
fue
expulsada desde la garganta de la tierra
y
rodada por una colina hasta el lado de la carretera
alejada
de las rocas profundas
que
detienen las montañas de Leicester
Para
que no viertan su rabia sobre los hombres
Quienes
evisceran la tierra
Dejan
heridas sangrantes sobre el coro
Grietas
agarran historias del tiempo
Laceran
la piedra como arrugas
Develan
narrativas enterradas en la corteza de la tierra
La
piedra lleva heridas dejadas por los rompe-piedras
quienes
descuartizaban las piedras
como
un poeta-cadáver en busca de metáforas
Cuenta
la historia de la colina que se marchita
bajada
por la erosión a los barrancos
Y al
talar los árboles
Expuesta
a los latigazos del tiempo
El
tiempo cincela astillas de piedra
Cambia
la historia con cada golpe
Hasta
que un golpe trajo hombres de vacíos
Golpeaban
las piedras con fuego por pan
La
piedra permanece al lado de la carretera en espera
de
los oídos que escucharán su poesía de dolor
reflexiona
en el abismo del tiempo
cuando
el hombre y la naturaleza se entrenzan
No
hay máquina que tale los troncos
ni
piedras expulsadas y rodadas
sobre
los epitafios al lado de la carretera
Por
un paisaje agonizante
El
poeta mudo murmurará versos de desastre
A
directores de funerarias de las tinieblas
Tartamudea
un poema de desastre:
Poemas
de desastre
La
piedra me la pasan –a mí, un poeta que jadea
Paso
un bosque trasquilado
¡asustado!
“Recuerde
el derrumbe de Charlotte
Tras
las montañas de Leicester”
me
susurra, a mí, un poeta cansado que persigue una musa
y
que escucha la piedra muda que murmura
un
poema subterráneo para los sordos,
mientras
contemplo un poema sobre la piedra de la poesía.
Versión
de G. Leogena
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