Instrucciones sobre cómo dar vueltas con una cucharilla a
una taza de café
Te
sientas en el bar
tranquilo
de algún parque
con
café, cucharilla
un
cuaderno y un lápiz.
Y
empiezas a dar vueltas
a tu
vida. Al mezclarte
con
la primera vuelta,
miras
emparejarse
luz
y sombra en las hojas
del
olmo que hay delante
y
piensas que es consuelo
de
tu muerte el paisaje.
A la
segunda vuelta
un
verso viene a darte
la
bienvenida y tú
lo
miras escaparse.
Tercera
vuelta y dejas
poco
a poco acecharte
esas
penas antiguas
sin
nombre, que te asalte
cualquier
miedo que ya
conoces,
que te arrase
esa
ausencia de algo
que
no puede llenarse
de
palabras. Y vuelves
otra
vez a vaciarte
sin
luz, con la conciencia
de
esfumarte en la tarde.
Te
sientas en un bar
a
escribir lo que sabes:
que
una nada te busca
y
tendrá que encontrarte.
De: “Prado
negro”
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