Pienso sus cuerpos
Retrato de Durero
Pienso
sus cuerpos porque tengo cuerpo.
Barbara
Holper retratada, piel
que
siento con imágenes
no
como un cuadro sino como un texto
fuera
de nosotros,
una
ancha y larga turbulencia:
vería
los objetos en el agua,
no
reflejados, muerte
por
agua
y en
Egipto medían con cuerdas los terrenos.
Ha
compuesto de nuevo el retrato de su madre,
la
carne de los párpados, las líneas
inventadas
que desencajan la mandíbula,
así
ha compuesto el cuerpo de su madre,
ese
monstruo visual sin advertirlo:
pese
a que no hay profundidad, enseña
profundidad.
Durante
diferentes
vivencias componemos
el
testigo ocular, que con su voz
quede
la madre en gloria celebrada
sustrayéndose
al juicio de la muerte.
Hemos
durado
verbales
y vacíos:
un
animal o un hombre tras el árbol,
un
animal o un hombre que lo enfrenta
y
para verlo
en
movimiento el lazo se promulga:
el
escondite, forma de olvidarse los cuerpos.
Detener
el aceite al deslizarse
en
la sartén que pide ya materia,
huele,
también podría
ocurrirle
lo mismo a mis ideas
con
desprecio descritas en palabras,
despobladas
jamás sin rectitud
no
en la imaginación
sino
en la facultad de imaginar.
Pienso
sus cuerpos, su perezosa metafísica.
De: “En
el principio era América”
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