Imaginé
un papel
Imaginé
un papel — presencia blanca
de fiel contraste a la vida,
porque la vida brota,
cumple su rito de calma o tormenta
y de repente es indeleble.
De
verdad era un papel, lo tuve
entre las manos: blanco-papel-todo-blanco,
su blancor total era inasible—
alta razón de la materia que más que nada
pide la vital coloración de lo que existe
y ha existido.
Era
de noche y pude más,
y menos detenerme. Miré y admiré
y me acerqué al inmenso mar más ancho
de lo blanco. Esbocé unas palabras
sobre la imprimatura blanca: blanco mineral.
Papel blanco.
En
el principio era un papel;
y sobre el papel una memoria,
y la memoria se hizo verbo—
lo que se olvida y luego retorna,
lo que siempre ha sido mío y nunca acaba,
que cuando acaba, acaba siendo lo que escribo.
Versión
de Lisa Horowitz.
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