viernes, 10 de noviembre de 2023

MARIANO SCHUSTER

 

 


Música para buenos salvajes

 


Mis amigas escuchaban Ricky Martin.
Mis amigos escuchaban Luis Miguel.

Yo escuchaba a los muertos
o a los derrotados.

Mamá ponía Silvio a todo volumen.
Mamá ponía Jara a todo volumen.
Mamá ponía Serrat a todo volumen.

 

No había compact disc para nosotros
pero gastábamos el tocadiscos
y el pasacasettes.

 

Cuando los vecinos
se quejaban por ruidos molestos
ella les sacaba
su lengua Rolling Stone
y subía el volumen.

 

A veces, sólo cambiaba el intérprete
Porque también había que escuchar a Patxi Andion,
a Aute y a Sabina.
Y nunca olvidar a Charly, a Fito y a Baglietto.

 

Nuestra casa era un recital sin fin los fines de semana.

 

Las buenas señoras,
de buenas familias,
buenos modales
y buenas costumbres
protestaban
y mamá les daba
una lección de Dylan a todo volumen
una lección de Baez a todo volumen
una lección de Brel a todo volumen.

 

Ya de adolescente la incité a escuchar lo nuevo
pero ella se negaba.

 

Yo le llevaba a los nuevos derrotados
a los nuevos románticos
a los nuevos visionarios.

 

Ismael, Filio, Chaouen, Bergia, Varela

 

Ahora los pone a todo volumen contra mi voluntad.

 

Las buenas señoras, por supuesto
se quejan
y ella dice: Mi casa es chica
pero el corazón es grande

 

Sube el volumen
Sube el sentimiento

 

La música duele.

 

 

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