Poema 25
Ahora
que eres silencio
es
cuando más te extraño.
¿Qué
hiciste de la sed de tus manos?
¿En
qué naufragio te borraste?
No
es hora de culpar al amor
ni a
sus sones que gravitan.
Pronto
será otro día
y no
notarás la diferencia.
La
brisa en esta tierra
no
se compadece.
Tiene
atributos de animal feroz.
Voraz
el destino cuando tus ojos
a
nada apuntan
o
apuntan siempre a lo mismo.
Qué
será de mí sin la vasta
travesía
de los sueños.
Ahora
que también soy silencio,
¿qué
será de la sed de mis manos,
madre?
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