Un poema corto sobre Praga
Por el aro ardiente del sol saltan los perros entrenados
de mis pensamientos
En el Puente de Carlos los legionarios barrocos se
aburren
y el agua abajo
sudada con espuma en la boca se va
y se vuelve
atrás
como trigo verde cuando hace viento
El agua se vuelve
se vuelve ardiente, amores lanzados al mundo como
bumeranes
Pero mi sueño desde la noche de hoy nunca volverá
y nunca oiré de nuevo La Internacional
como en el funeral
del poeta que la transponía en cada línea
en inusual tonalidad
Volverán a pasar
veranos e inviernos
el zureo de las palomas
y la tristeza de los amantes
volverá el eco de
las campanas de Roma
y nuestra vida
Mi sueño nunca volverá
La Internacional en la tumba del poeta
Volverá
la vida el agua abajo
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