El hombre que se creía barco
1
Un
barco dando de tumbos, atracando y zarpando
de
bar en bar.
Un barco
ebrio, zarandeado por mareas de whisky
encallado
en
las turbias losas de un psiquiátrico.
Un
barco ebrio, eso era
“Plantagenet”.
Un
barco tambaleándose a lo largo de fríos corredores,
entre
oscuras muecas y sucias enfermeras,
en
el encrespado mar de los remordimientos—
en
el vacío.
2
Fluir
fluir
entre gritos
estremecimientos
y delirios
Fluir
fluir
mirando a través de la ventana
como la hierba crece
a
orillas del East River, mientras
“…la vida, como el humo de las
chimeneas, dice adiós…”
Fluir
entre
sombras, sordas sombras y la esperanza
que
se aleja en busca de la ballena blanca.
Fluir
avivando
el alma
rasgando
un piano “…sweet & low…”
ante
una audiencia que entre asombros se pregunta:
“!!!!Esto es un hospital… o una prisión???”
3
Desde
afuera la lluvia remueve un sentimiento:
“!!!qué viento… qué tormenta irrumpirá… y
abofeteará
el pellejo del Dr. Caggart, liberando así
a…
Kalowsky… a Gary… qué tormenta, qué rayo
quién mierdas lo hará???”
Plantagenet,
acariciando la lluvia, piensa:
“en este mundo de indecencias e
injusticias…
la salud mental no tiene sentido…”
4
La
puerta se cierra, la calle te espera
tu
naufragio continúa
por
los callejones del puerto buscarás el fantasma
de
Melville, pero
solo
encontrarás el fantasma de Ruth
que
emerge de la sombra
la
sombra de tu libertad,
tu
trastabillante sombra ya sin alas.
Estrellarás
tu último trago de whisky
contra
la manchada pared del mundo.
Estrellarás
tu último barco… y así… liberarás
a la humanidad
entera…
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