Este
invierno
nos iremos a París
a finales de enero.
Como el año pasado, el frío
congelará nuestros alientos
pero no empañará nuevas miradas.
Y volveremos a ver amanecer desde la
ventana de la ducha
del hotel que nos aloja.
Nos regalaremos unas ostras
en ese sitio de Grandes Bulevares.
Y comeremos en Chartier
otra vez, como toda la vida.
De: “Ya no escribo versos por la noche”
No hay comentarios:
Publicar un comentario