Los bosques de enero
Al niño y al muchacho
que fui, que soy.
Muchacho
que asustado
aún está. Te veo todavía
construyendo ciudades.
Te comprendo. No ha resultad
sencillo encontrarte.
Quise perderme con el viento.
Abrí ventanas imposibles
de cerrar cuando más tarde.
En cada rostro, un hogar
donde creí poder permanecer,
quedarme.
El frío dentro. El fuego
afuera. La soledad.
Hoy he venido y te he hallado
íntimo, aquí, conversando
con los obreros que transportan
palabras.
Hoy quiero decirte
que puedes descansar.
Traigo piedras, cristales,
maderas puras que he recogido
para ti en los bosques de enero.
De: “Las consecuencias”
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