viernes, 22 de agosto de 2025

CHRISTOPHE MANON

 

 

 


Intentaba escribir, pero al proyecto

para el cual había venido le costaba tomar forma.

Me lanzaba sobre una pista, y la abandonaba enseguida

por temor a perder el poco tiempo del que disponía.

Incluso los libros, los abría y los dejaba con turbación.

Las palabras no llegaban a mi entendimiento,

tropezaba con ellas como con pesadas piedras

que bloqueaban un sendero escarpado.

Se me habían vuelto completamente opacas

y no tenían ninguna resonancia en mi espíritu.

No veía en ellas más que un laberinto

indescifrable de símbolos de los cuales era

incapaz de percibir el significado.

Era como si hubiese sido condenado a errar

solo sin fin en esta ciudad donde vivieron mis ancestros,

como si estuviese perdido en uno de los círculos

del infierno cantado por Dante,

y no en el paraíso.

Estaba muy exaltado.

Caminaba rápido, más rápido que los fantasmas.

Rondaba las calles con una bolsa

de tela y la cabeza cubierta de ceniza.

¿Por qué deambular una y otra vez

por caminos difíciles y penosos?

 

 

De: “Puerta del sol”

Versión de Mariano Rolando Andrade

 

 

 

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