Su propio salto
elige el ser humano;
luego
al entreabrir la puerta
saluda a su Dios
Lo he visto
muchas veces
Este;
que el cordón del tiempo
estira
—dedos habilidosos—
que aprieta nudos
que gotea sangre
Luego
en la oscuridad
uno levanta la cabeza
amaneciendo o poniéndose
en Su luz
Versión
de Mario Domínguez Parra
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