Poema
que piensa a futuro (partes II y III)
II
Acaso no serás tú serán tus hijas
—que
pocas concebiste aunque no importa—
serán
tal vez sus nietas
o
alguna sobrina entre sus primas.
En
todo caso,
no
serás tú quien se tope con mis versos;
y
aquélla tú perdida —tantas generaciones olvidada—
aquella
rama perdida entre tus ramas
vendrá
confusa lluvia
a
empaparse entre mis poemas.
III
Y esa perdida rama
se
encontrará, no sé,
desnuda
entre mis manos
y
sus ojos serán tus ojos
y su
lengua será tu lengua
torrente
ardido y fuego
quemando
años de lenguas y gargantas.
Y la
voz,
el
cavernoso aullido
que
tú nunca gritaste,
alzará
dolorosa mueca sin palabras.
Y
todo será silencio.
Y
tal vez —y sólo entonces—
puedas
por fin sentir mi aliento.
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