Patio
mexicano
En
la mañana
revoloteo de alas indistintas
por las flores de cempasúchil.
Dalias rojas esperan los círculos del colibrí.
Todo el día acrece la ceniza del volcán.
A lo lejos, como una pintura del Dr. Atl,
la espuma del Popocatépetl
va atenuando los colores de la enredadera.
Este patio es un pequeño bosque.
Aquí se comulga con una rodaja
de mandarina que cae en los labios
y exprime sus palacios sobre el cuerpo
para enlazar nuestra sangre a la dalia,
a la enredadera,
a lo envolvente del polen
que acaricia los consejos de la hoja
recién fruncida.
De:
“La prueba del jade”
No hay comentarios:
Publicar un comentario