miércoles, 5 de noviembre de 2025

LEONEL PLAZAS

 

  

Tierra perdida


Mi padre vende bizcochos
en la calle.

Zarca es su mirada
porque es hijo de mi madre,
de sus uñas nacía la tierra
de sus manos el destino.

Hacía las mañanas de café
y las trochas de leyenda,
criaba puercos
y gallinas para sus nietos.
La vida florecía en su boca,
en sus jardines
la zanahoria y la cebolla,
en los ojos de mi madre claveles
y amapolas.

La muerte le esperaba de noche,
dejaba las ventanas abiertas.

Los días nacían de las manos de mi padre.

Ahora vende bizcochos en la calle,
tiene el corazón cocido los riñones rotos,
la visión cansada sus pies incansables,
y silente va diciéndome:
Hijo, es el destino
la tierra perdida.

 

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