El
inicio
Estás
desnudo
y
tu suavidad es inmensa
tiemblas
en mis dedos
tu
respiración vuela adentro de tu cuerpo
eres
como
un pájaro en mis manos
vulnerable
como
sólo el deseo podría hacerte vulnerable
ese
dolor tan suave con el que nos tocamos
esa
entrega en la que conocemos
el
abandono de las víctimas
el
placer como una fauce
nos
lame nos devora
y
nuestros ojos se apagan
se
pierden.
No hay comentarios:
Publicar un comentario