viernes, 29 de noviembre de 2013

DANIELA DÍAZ ÁLVAREZ


  

Herejía


I

Dios inventó los miércoles.
Construye el sollozar del clarinete,
cabalga por las uñas.

Quise probar mi inocencia.
Escribir sin miedo a las arañas.
Voy directo a la cúspide de tus arrugas
no existentes.

Si te beso y olvidas los pies
ya no importa… “ya no importa
cuánta vejez se acumula en estos años”.

II

Dios inventó el clarinete.
La esencia exótica
que deambula como mágica bruja
ansiosa de beber la fragancia de tus óleos.

¿Mis tobillos…? Humm…
Están envueltos en esmaltes.

Dios inventó los miércoles como días comunes.
Yo, creyéndome Dios, reinventé la flauta
para amarte como Dios ama el clarinete.




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