Entredichos
de la poesía / Telar de duda
Viéndolo
bien mi poesía es inútil.
No
contiene entre líneas
ningún
mensaje que conmueva
a
la sociedad organizada.
Es
oscura
y
no es dictada por la razón
sino
por ese pájaro que tenemos
en
el pecho.
No
cumple requisitos
No
anuncia nada
No
transforma nada
Son
tan sólo palabras, palabras entrelazadas
una
con otra, estrechadas, liberadas
sobre
la faz de nuestro particular mundo.
Mañana
se morirán conmigo
y
no se habrá cumplido ninguna
de
sus profecías
que
entonces nunca fueron.
Cuando
advierto esto, me pregunto para qué
escribo
para
qué sirven estas líneas si al leerlas
alguien
no fue mejor
o más
piadoso o más confiado
sino
al contrario
quedó
desconcertado
sin
saber qué hacer con esa música
sonándole
en el pecho.
¿Será
el mundo mejor porque
escribí
o dije algo que no tenía
lúcidamente
ese propósito?
O
tal vez sí, sin pretenderlo, a mi poesía
la
asistía algún recóndito propósito
y
es que al leerla
alguien
tamborileara algo con los dedos
balanceara
la cabeza
se
le perdiera la mirada
y
en vez de ponerse a trabajar
se
pusiera decididamente a soñar.
Entonces,
si esto es así, díganme,
¿para
qué sirve algo
que
sólo promueve la pereza?
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