El escaparate
La
ciudad es una celda
perturbada
con el ruido
del
abismo
sus
escaparates encienden
antorchas
de colores efímeros
cintas
de seda
espolvoreadas
de azúcar glas
baila
la tentación
en
tus pupilas
comprar
arrulla la senda
el
caramelo de la infancia
vestidos
zapatos maquillaje
cae
el antifaz
de la
tristeza
dando
tregua a la intemperie
y sin
embargo
sólo
30 segundos
para
el alboroto
de lo
nuevo
a tu
espalda
bosteza
la noche
con
su taza de estrellas fugaces
y su
estruendo de lágrimas.
No
hay marcha atrás.
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