lunes, 4 de septiembre de 2017

SAMUEL VÁZQUEZ

  


El tiempo corre y no se va de aquí



Cuando nadie me llama me llama el tiempo. Cuando nadie me visita me visita el tiempo. Cuando nadie me acompaña me acompaña el tiempo: no me suelta, se abraza a mi cuello, se agarra de mis pies, viaja aferrado a mi sombra y no se atrasa por veloz que yo escape. Cuando nadie se acuerda de mí él se acuerda, y me arrastra con decisión a su país en el que me siento extranjero. Me resisto, me repulso, me ralento, pero para él nunca es tarde.

No me olvida un instante, mas, a pesar de sus promesas, el tiempo no cura las heridas de mi nacimiento.


De: “La promesa de los pájaros”


No hay comentarios:

Publicar un comentario