Escucho
los ladridos, distintamente,
pero nada sé de ese perro que arde
ni del dibujo de su huella por la tierra abrasada.
pero nada sé de ese perro que arde
ni del dibujo de su huella por la tierra abrasada.
Reconozco
a los que lo han mirado
frente a frente. Escucho sus historias.
He pasado varias veces la mano
ante sus ojos blancos desde entonces
y he sentido una llama calentarme los dedos.
frente a frente. Escucho sus historias.
He pasado varias veces la mano
ante sus ojos blancos desde entonces
y he sentido una llama calentarme los dedos.
Pero yo
sólo escucho los ladridos.
Incluso cuando salen de mi boca.
Incluso cuando salen de mi boca.
Nada sé
de poesía.
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