La elevación
El
vendaval que dejó la santa
al
elevarse.
Despojada
de sí.
Cerúleo
el rostro.
Transformada
y bella.
Me
sorprendió encontrarla, al otro día
donde
mismo. Cansada.
Con
algunas arrugas cerca de los ojos
y,
sobre todo,
subiendo
desganada al pedestal.
Quiero
decir (parecía)
cansada
de la perfección
tratando
de confundirse con los feligreses.
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