La piedad de las cosas
El
dolor agudiza los sentidos;
- ¡Ay! mi cariño se ha ido! -
Y en la naturaleza, siento
una simpatía secreta.
Siento que los nidos pendencieros
por mí están forzados,
que hiero las flores
y que las estrellas se quejan de mí.
El curruca parece de
su canción alegre estar avergonzado,
el lirio sabe el daño que me causa,
y la estrella también se da cuenta.
En ellos oigo, respiro y veo a
la querida ausente, y lamento
sus ojos, su aliento y su voz,
que son estrellas, lirios y curruca.
- ¡Ay! mi cariño se ha ido! -
Y en la naturaleza, siento
una simpatía secreta.
Siento que los nidos pendencieros
por mí están forzados,
que hiero las flores
y que las estrellas se quejan de mí.
El curruca parece de
su canción alegre estar avergonzado,
el lirio sabe el daño que me causa,
y la estrella también se da cuenta.
En ellos oigo, respiro y veo a
la querida ausente, y lamento
sus ojos, su aliento y su voz,
que son estrellas, lirios y curruca.
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