Modales en la Mesa
Si
la vida fuera una mesa,
pediría
que fuese redonda,
que
los poderosos no recargaran
los
codos sobre el tablero,
y
que los pobres comieran con la boca llena.
Si
las reglas de urbanidad existieran en la vida
solicitaría
que se extinguiera la vigilia,
aboliría
el uso de cubiertos:
inútil
hábito de fingida cortesía
(como
si no usáramos la lengua viperina,
despotricando
del débil pisoteado).
El
postre y el café serían prohibidos
mientras
la justicia no fuera utopía.
Vigilaría
los modales en la mesa,
con
el rigor de un anciano,
y
la sabiduría de un niño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario