lunes, 5 de julio de 2021

AGUSTÍN AGUILAR TAGLE

 

 

 


 

A una vieja nube

 

 

¿De veras pensaste, nube, que siempre serías pájaro?

Fuiste vapor de orgullo, y en tu liviandad

creíste que eran verdad

las palabras del niño que te vio desde el jardín:

Altisonante, tirado en la yerba, soñaba despierto:

¡Es un cisne, es una sirena color de rosa, flotante!

Y de ahí en adelante, te dio por llover.

¡Mírate ahora! Me recuerdas a aquella mujer

que volví nube de tanto mirarla,

pero ella no se volvió charco –como tú, pobrecita de ti–.

¿Ella? Ella pasea por Polanco

y ya no se acuerda de mí.

 

 

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