Todos
los días
Todos
los días
llama
a mi puerta el desconsuelo…
Estoy
vacía y su eco resuena
por
todos los rincones de mi vida.
Se
estremece mi sangre
que
es un hilo de hielo
al
faltarme el calor de tu presencia.
No
comprendo el idioma del paisaje;
qué
quiere decir “sol”,
“cielo
azul”
“aire”.
No
comprendo mi ritmo,
ni
mi esencia,
ni
por qué sigo andando,
respirando,
contemplando
a la gente,
a
los perros que pasan,
a
los pájaros
que
mi balcón visitan diariamente.
Ni
por qué la mirada,
mis
ojos,
abarcan
el entorno que me envuelve.
Ya
no comprendo nada.
El
mundo se me ha vuelto
un
compañero extraño
que
camina a mi lado
y no
conozco.
¿Qué
quiere decir “vida”?
Ya
no encuentro
aquel
sabor que un tiempo me dejara.
Las
palmas de mis manos
se
cierran sin calor,
desconsoladas.
Que
eran tuyos tu casa y tu paisaje;
que
está en ellos la huella de tus pasos,
el
hueco de tu cuerpo…
Y
está la casa llena
de
tu recuerdo…
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