Nadie
que al decir la palabra muerte
no
sienta que ha dicho su nombre
en otro idioma lo sabe
escribo poemas para hablarme lentamente
para respirar desde las palabras
para reconocer la herida
leo poemas para olvidar
que ningún poema habrá de curarme
la enfermedad es fauna sorprendida
que corre por mi cuerpo
y sólo la poesía sabe de qué huyen
los animales rabiosos de mi sangre
mi sangre no tiene a dónde escapar
sólo se tiene a sí misma
he venido a esta herida
estuvo aquí antes de que mi carne estuviera
antes de que yo fuera carne fuera cuerpo
los cuerpos son para las heridas
no tengo corazón para cargar
las palabras pesadas ni la inteligencia
una hoja seca podría confundirse
con el ala rota de una mariposa
yo soy la hoja seca
no aprendí del vuelo más que en la caída
estoy
enferma de vida
y busco desesperadamente la cura
cavo pozos profundos en la materia sensible
de los otros busco quién sabe qué
sin encontrar nada
llego al corazón del corazón
perforo y destajo la alquimia del poema
y no
sé si en verdad es que he llegado a la herida
o la he formado con mis palabras
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