Mi
propósito
Primero
el corazón en que se anida
mi
inmenso amor a Cuba, haré pedazos;
primero
romperé mil y mil lazos,
que
me atan al carro de la vida.
Primero
del dolor la copa henchida
apuraré
hasta el fin en breves plazos;
primero,
como Scévola, mis brazos
pondré
sobre la pira enrojecida.
Primero,
gota a gota, lentamente,
proscripto,
errante, el suelo americano
regará
sin cesar mi lloro ardiente;
Primero
mi verdugo sea mi mano
que
merecer de un déspota insolente
el
perdón de ser libre y ser cubano!
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