Tormenta
La
noche ha sido larga.
Como
desde cien años
De
lluvia,
De
una respiración embravecida
Proveniente
de un fondo de vértigo nocturno,
De
un cántaro colorado
Jadeando
en la tierra,
El
viento ha desatado su tempestad violenta
Sobre
el velo anhelante de la ilusión
Efímera,
sobre los fatigados menesteres,
Y tú
y yo, en la colina
Más
alta,
En
el rincón de nuestros dos silencios,
Abrazados
al tiempo del amor, desvelándonos.
Deja
que el viento muerda sobre el viento.
Yo
te cerraré los ojos.
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