Los
anarquistas
Han
venido para adorar el dictado,
llegando espontáneamente en parejas
sobre vagones rojos y negros, un sol inclinado hacia Francia,
la radio… un buitre ha escalado el lago.
la pendiente vigente hacia una mina de azufre…
acontecimientos separados, pero ya recurrentes.
fue una chica…
concebida para instigar la conquista. los animales
reptando para lamer sus dedos de porcelana
ella dudaba en acantilados de coníferas gruesas… su vanidad
ondeando como las banderas azuladas de los Estadios…
las gaviotas… café… ella decidió días antes
engatusar a los bronceados rostros proletarios
una vez hubieran perfeccionado el manifiesto, completarían
el plan de ataque añadiendo piernas… aunque breves
y con deformaciones evidentes en los tobillos
los árboles derribados sobre la torpeza muda
de la noche… apertura tropical de estrellas…
el tucán… desayuno. ella ha dado a luz un niño
anoche sobre los escalones del umbral. él escapó
sometido a la tensión de la predicción.
la gente se alarmó. sin maná,
observaron un carnaval de destellos sobre las colinas
una energía… pero nutriente escaso…
la gitana… ese era su esquema aparente
para eliminar los factores benevolentes,
estimular sin auxilio, mientras tanto
acumulando brazos para la flota… inocencia.
ella finalmente habló.
el día era obviamente un adelanto de la semana.
viento amarronado… pergamino arrojado al paisaje
alabando las quejas del dictado. la sintonía
allanaba el camino. banderas cayeron de las verdes aguas infectadas
sobre el cielo. esas cosas le fueron confiadas.
ella no tenía control sobre aquel papel, había
incontables sustancias, como insectos…
objetos sin el obsequio del desenlace.
millones de burbujas emergiendo del instrumento
musical. sólo la gitana lo vislumbraba.
lo superficial se convirtió en una mentira… ella se transformó en
una realidad… su hijo permaneció
inconsolablemente despierto… días
días…
días…
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