sábado, 31 de diciembre de 2022

MARIANO CASTRO

 

 


 

Enmudece la bruma
la tibia claridad de amanecida,
la vocación del musgo en la piel de la piedra,
el etéreo sonido que en el humus se esconde.

Inusitado y fabuloso canto,
resuelto advenimiento que nunca se descubre.

Mas aún atesoras una sola merced
de agua y aceite perdurables,
para lavar y ungir tu cuerpo;
de bondad trasnochada, un triste rictus,
y este juego inocente, inútil y sin fin
con el lenguaje.

 

 

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