lunes, 16 de enero de 2023

JORGE PALMA



 

Plegaria

 

 

No hay altar que pueda

con todo el dolor de la tierra.

Cómo harás, Padre amado, para

glorificar tantos siglos de odio

y devastación. Por dónde

empezarás a tirar de esa cuerda

mohosa y sucia

húmeda y maloliente.

No puedo ver con claridad

esa hermosura a la que aspiro

y me rindo ante el misterio.

Me inclino y bebo.

Tiemblo como tantos.

Y vuelvo cada noche a preguntarte,

Padre amado, cómo harás,

por dónde empezarás a sacar

del interminable silencio

siglos enteros de humanidad

asidos uno a uno a esa

inmensa cuerda que llevas

atada a tu cintura.

Mientras tanto

guardo en un relicario,

las cenizas todavía humeantes

de los últimos muertos de la tierra.

 

 

 

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