A
veces el cuerpo recuerda
en un reconocerse hacia lo hondo
cuando se despoja de un pesar
que se acumula
insignificante
y quisiera con su soplo recorrer
las almenas de otros ojos
los tuyos quizá de un almendro aún granate
resina de un árbol apenas intuido
¿a
dónde van las raíces cuando huyen de la luz?
¿dónde
se lava la culpa cuando se sabe
que no hay palabras que la limpien?
¿acaso
no son las heridas las que van abriendo
la unidad del latido
y nos hacen cada vez más
fragmento astilla
polvo carne
hueso y músculo?
¿transparentes
demasiado transparentes?
¿quién
es lo suficientemente puro para borrar todo trazo?
Y es
de noche
irrumpe el ruido infernal de una alarma
En
el piso los zapatos dispersos
miro ese par que siempre quiero poner
como si al hacerlo
pudiera andar la vida de forma
diferente.
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