Voyerismo
Me
infiltré como una rata en tu cañería,
contemplé
el espectáculo
que
del espejo se proyectaba.
Tus
mejillas se ruborizaban como bayas silvestres,
solo
faltaba que las aves te picaran.
Las
aureolas de tus pezones se agrandaron
como
la apertura del capullo.
Galopabas,
pero sin equino.
Escuché
tus gemidos, similares a un sermón,
hasta
que se contractaron tus músculos
y te
sosegaste en el tiempo.
Una
corriente de viento refrescó mi cuerpo
mientras
mi otro yo sexual
se
entrometía un vibrador abajo del periné.
Mis
manos se ungieron de esperma,
poco
a poco me fui apaciguando
hasta
quedar dormitado en tu fontanería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario