El
bueno o el malo en mi historia
Me
he acostumbrado
a
ser hijo del café americano cada mañana
a
fumar marlboros rojos
a no
desayunar en familia
a no
recibir la bendición de mi abuela
abatida
por el Covid19 en una lucha desigual.
A no
contestar números desconocidos
para
no perder el tiempo;
a
pensar en riquezas
y
aun así odiar la escasez.
A
ver pasar por mi mente familiares y amigos
y no
detenerme a pensar en ellos.
Me
he acostumbrado a exhalar la última bocanada de mi cigarrillo
y
preguntarle a Dios si juega a ser el malo o el bueno.
Pero
fue mucho el proceso para llegar hasta donde estoy
he
aquí la confesión del emigrante.
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