Así
estabas tú
dentro de ti misma
ensimismada adusta
aquel mes
en que aquello vino a ti
pequeña
máquina
calibrada
extendías las manos
sin tocar
y era como si todo se encontrase
fuera de tu alcance,
descolgado,
lejos
Estirabas
los dedos
inútil
ávidamente
Y no alcanzabas
más que vidrio, metal, materias frías
Nunca carne ni sangre
ni tejidos deliciosos desgraciados
Te
decías
así no
déjame acceder a lo que existe
cueste lo que cueste
me da igual
pagaré el precio
De: “All
Things Must Pass”
No hay comentarios:
Publicar un comentario