Mindouli
A mi padre, Alban Mouzita
Habito
una memoria que ha perdido las páginas de la infancia
Habito
la soledad de un río que tiene sed de mar
¡Mindouli!
la
noche para mí es larga de dolores. Porque sin verte, siempre sueño contigo
y
sabes que hasta ahora no he probado ni canciones ni danzas ni tams-tams
ignoro
incluso el sabor del vino de palma,
el
tótem de mi abuelo
y el
regusto del juego del agua y de la sabana
y
aún suena como un duelo, el grito matinal de los pájaros en mis oídos porque
vivo en una memoria sin páginas de infancia
y
cada noche, tus ríos que fluyen allá lejos son mis lágrimas que sustituyen tu
presencia
¡Mindouli!
Muero en la ausencia de recuerdos
muero
en los festines de las ciudades, en las rapsodias que cuentan los griots de
otros lugares, griots que te ignoran, que ignoran tu historia
y mi
mirada es triste en el espejo que me habla de ti
tu
rostro es tan delgado en el lago de mi memoria. ¡Mindouli!
nada,
entre las olas y la espuma, surge de ti ni sobrevive
¿lo
ves? soy virgen a todo misterio rural
¡Perdóname,
infancia mía! Mi infancia, ¡perdóname! Porque siendo aldeano, no tengo recuerdo
alguno del matorral
porque
en cuanto salí de mi madre, el sol ya estaba sangrando
había
que huir
huir
del rebaño de tormentas, huir lejos de los párpados
había
que hacerlo...
pero
comprende ¡Oh Mindouli!, que sin la bravura de mi padre, esos avispones me
habrían degollado
comprende,
comprende que sin mi madre, sin el granero de la esperanza, yo sería un leño
que picotean los cuervos
Mindouli!
Sé que eres mujer por tu vientre, eres flor por mi corazón, por mis cantos eres
madre
llevo
para ti un destino maduro de trashumancia
llevo
para ti un gran sol
acógeme
en tu memoria para que pueda reunir mis recuerdos, para que pueda volver a unir
mi ombligo,
y
para que pueda hablar mi dulce lengua natal
¡Oh
Mindouli, camina! camina y ven a mí para enjugar mis lágrimas...
Versión
de: Mariela Cordero
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