Alguien
que espera
Hay
alguien esperándote en la casa.
Está sentado en una habitación
y mira, mientras fuma, las paredes
que lo rodean, blancas y desnudas.
Lleva así mucho tiempo y en sus ojos
nada hay que deje adivinar de cierto
ni la intención ni voluntad alguna.
Tan sólo mira sin mirar y fuma
y espera hasta que llegues a la casa.
¿Qué abismo hay en sus ojos? La paciencia,
como cualquier virtud, si es excesiva,
puede llegar también a ser monstruosa.
Tan sólo está esperándote. Lo sabes.
Es una habitación vacía y blanca.
Y alguna vez tendrás que abrir la puerta.
De:
“Otra vez la poesía”
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