sábado, 12 de abril de 2025

JORGE ARTURO MORA

 


 

 

Uno no sabe qué es un parteaguas hasta que siente a la ciudad deslizarse en la espalda

Hasta que literalmente los recuerdos se hacen el mar de Moisés

Y todo lo que quedó atrás se mira en sepia

Con los bordes quemados

 

Y hay que esforzar la vista de la memoria

Derramar los líquidos sagrados

En el lente que nos hace viajar en el tiempo

Para recordar cómo eran las uñas corroídas

Y cómo desaparecían

Cuando te pintabas la piel de rosado nuevamente

 

Y no podías darme un abrazo

Incluso no podíamos compartir habitación

Porque aquel esmalte manchaba mi ropa y provocaba estornudos

Que a los segundos se transformaban en asma

 

Lo curioso es que

Aunque no pudieras tocarme

Te veías feliz; te sentías feliz de ver tus uñas renovadas

 

Me abrigo en ese recuerdo

En la imposibilidad de tocar nuestras manos

Ahora que debajo de tus párpados está la tierra

Y arriba están los recuerdos que mantengo vivos

 

 

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