La
abuela negra narra: Cosmogonía de África
¡Yen
yereeé! ¡Yenyereeé!
Ekuaaa… Ekuaa.
La
abuela, sentada fuma
con la cachimba al revés,
la candela va por dentro,
un sahumerio de recuerdos
fortalece su vejez.
Camina
para adelante,
sus huellas van hacia atrás.
Marca el son del tambor,
historias para contar.
Los
bisnietos y los nietos,
atentos sin parpadear,
oyen hablar de Olodumare,
Babalú Ayé y Yemayá.
De
Fam, el primer hombre,
de Sekumé y su mujer.
La abuela, como una Orisha,
¡Habla! ¡Cuenta! ¡Narra!
Fuma,
fuma su cachimba
con la candela hacia adentro,
el fuego la ilumina.
Con
mucha sabiduría
empezó su narración:
La
Diáspora de los Orishas
protectores de sus negros,
en la oprobiosa travesía,
hacia la Tierra Nueva
nombrada de Ultramar.
Se
aviva la llamarada…
se corre un velo de niebla,
las leyendas ancestrales
comenzaron a brotar.
Cuenta
del león y el tigre,
la hiena y el camaleón,
dela araña diligente,
la tortuga y el muerto
en macabra procesión.
Es
la fuente milagrosa
para saber la verdad.
De
los afrodescendientes
y sus raíces de África
¡Cuna de la Humanidad!
¡Yenyeré,
yenyeré!
¡Ekuaaa!
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