jueves, 13 de noviembre de 2025

AICHA DJELLAB

 

  

Señor

 


no heredé nada de mi pueblo excepto la destrucción
de las prendas de mi madre solo una parte de su velo
y la advertencia del abuelo: hija mía
nunca te dejes arrastrar por la deshonra…
Tenía yo, señor, una pequeña cabaña
rodeada de olivos como pestañas cortesanas que acaricia la fragancia
en el centro un pozo con agua abundante
que riega los corazones de barro, toda la hierba… y cada ave.
pero tus soldados, príncipe,
convirtieron la cabaña de la juventud en una tumba que gime y se lamenta
destruyeron el sueño en el que compartía la almohada y la cama
y el pueblo virgen se convirtió en un templo sin alma ni sentimiento.

  

De: “Fragmentos de mí misma”

Version de Souad Hadj-Ali Mouhoub.

 

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